Una visita por Gran Canaria, un día cualquiera.
Un viernes cualquiera, decidí dedicarme a visitar la isla de
Gran Canaria. Pese a que recorrí numerosos lugares, solo me detendré en
aquellos que guardan una armonía para este post. Empezando con una vista al
centro neurálgico de la capital en tiempos de los Reyes Católicos. Es por ello
pues, que elijo el encantado barrio de Vegueta, para dar comienzo a este
recorrido la Catedral de Santa Ana para darte los buenos días. Entre sus
campanadas, tan puntuales como las farmacias, decidimos partir después de que “miembros”
y “miembras” de la expedición, decidieran cumplir con sus obligaciones
espirituales.
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(Catedral de Santa Ana, foto propia) |
El día 20 de abril de 1487, los Reyes Católicos manifiestan
su deseo de construir una iglesia catedral en Gran Canaria para dar
cumplimiento al mandato del Papa, mandato que proviene de la solicitud de
Fernando Calvetos a Eugenio IV en el año 1435 para que el Obispo de Rubicón
pasara a la isla de Gran Canaria. Empezó a construirse hacia 1497 por mandatos
de los mismos Reyes; sin embargo, por falta de fondos se tuvieron que paralizar
las obras en 1570. La larga historia del templo hace que en él se combinen
estilos tan distintos como el Gótico tardío de su interior y el Neoclásico del
exterior. Su fachada es el elemento más característico. La catedral tuvo dos
grandes fases constructivas, una desde el año 1497 hasta 1570 y la otra desde
1781 hasta la actualidad. En 1974 la Catedral de Santa Ana fue declarada
monumento histórico-artístico de carácter nacional. Permaneció cerrada al
culto debido a una restauración desde 1996, abriéndose al culto en el año 1998.
La fachada de la Catedral es de estilo Neoclásico. El edificio consta de tres
naves, siendo la del centro la más ancha y las laterales a su vez, bordeadas
por trece capillas independientes.
El tiempo tiene planta de cruz latina con crucero no muy saliente, coronado por un cimborrio, el altar mayor está presidido por la imagen titular de la Catedral y Patrona de la ciudad, Santa Ana, obra de José de Armas Medina, tallada en el año 1944.
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(Dulces comprados en Triana, foto propia) |
Después de la visita, repusimos fuerzas y marchamos a Telde,
al viejo y maravilloso barrio de San Francisco, donde hicimos el pato para
gloria de Dior.
(Un par de compañeras haciendo las payasas, barrio de San Francisco, Telde, foto propia) |
San Francisco es uno de los barrios más antiguos de la ciudad.
Fue habitado por los primeros castellanos después de la conquista, asentándose
ahí la población de clase media, a saber: artesanos, pequeños propietarios de
tierras, comerciantes, pequeños empresarios… así podían vivir mucho más cerca
de la élite del momento, que estaban a pocos metros de San Francisco, en el
actual barrio de San Juan, donde las grandes familias y el alto clero, mantenía
su vida cotidiana.
Justo en el barranco que atraviesa Telde, al otro lado se
alza el barrio de Tara, famoso por haberse hallado ahí el símbolo aborigen de
Tara, presuntamente diosa de la abundancia y de la naturaleza.
Después de callejear sus rincones, y sin movernos de Telde, decidimos retroceder en la Historia para hablar cara a cara con el mundo
aborigen. Para ello, elegimos el yacimiento de 4 puertas.![]() |
(foto propia) |
Cueva artificial realizada en toba volcánica,
situada en Montaña Bermeja a tres Kms. de la
ciudad, este es uno de los yacimientos
arqueológicos de mayor extensión del
Archipiélago. Debe su nombre a las cuatro
entradas a modo de puertas que dan paso a la
gran sala.
En la parte alta del promontorio encontramos el
llamado "almogarén", lugar de culto a las
deidades de la naturaleza, dicho conjunto se
completa con numerosas cuevas entre las que
destacamos la de los Papeles y la de las
Columnas.
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(cuatro puertas, Telde, foto propia) |
Seguimos al sur para relajarnos en sus playas y/o piscinas
múltiples y reponer de nuevo las fuerzas para emprender la media vuelta, ya que
el oeste de la isla lo recorreremos otro día, pero en vez de bordear la costa
como fuimos, preferimos tomar el centro de la isla e ir subiendo al norte. Es
por ello que pasamos por diferentes pueblos a cual más cosmopolita, haciendo
parada obligatoria en el pico de Bandama y las Nieves, las maravillosas vistas
que nos regalan no era para menos, así que nos tomamos nuestro bocadillito de
la tarde en una de las zonas más altas de la isla, eso sí, con una mantita de
sofá para paliar el “fresquito”.
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(Caldera de Bandama, foto propia) |
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(Nos tomamos el bocadillo a los pies del Roque Nublo, foto propia) |
De vuelta a la capital, decidimos hacer visitas culturales.
Esta vez fueron dos ermitas, así que, más bien, fueron visitas eclesiásticas
pero bueno, es lo que tocaba. Tenemos que conocer y valorar el fuerte
patrimonio que tenemos dentro de las iglesias y ermitas, pese a que sus gestiones
vistan mucho de ser aplaudidas por todos, pero aun así, lo que está dentro, se
supone, es de todos.
Después de aparcar en el barranco de Guiniguada, volvimos al
barrio original, Vegueta, para adentrarnos en el arte de la imaginería del XVIII y
posteriores, pero sin abandonar la interesante Historia que esconde los
edificios emblemáticos de la ciudad.
En
esta ocasión, recordaremos la ermita del Espíritu Santo, la cual encontraremos
muy a menudo cerrada al público.
Tras la fundación de Las Palmas por el capitán
Juan Rejón en 1478, al borde del “río” Guiniguada -como así llamaban los
antiguos canarios al barranco- la ciudad se construiría alrededor de su primera
plaza pública, la de San Antonio Abad. En el sigo XVI la Ciudad del Real de Las
Palmas cuenta ya con 2.500 habitantes, una catedral, dos iglesias conventuales
y doce ermitas. Entre ellas, al norte -extramuros-, se encontraba la Ermita del
Espíritu Santo, entre las actuales calles León y Castillo y Cebrián.
La ermita original sería destruida por un incendio en
el ataque a la ciudad de Pieter van der Does, en 1599, la nueva Ermita del
Espíritu Santo, la que conocemos actualmente, no se construirá hasta principios
del siglo XVII.
La ermita da nombre a una plaza, la del Espíritu
Santo, donde el artista multidisciplinar Manuel Ponce de León y Falcón,
diseñará la fuente central y la plazoleta ajardinada. Esta fuente está situada
en ese punto en particular para recordar que la nueva red de aguas partía desde
este punto al resto de la ciudad.
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(Foto tomada de web) |
Se trata de un conjunto de planta cuadrada con un
templete y 4 arcos que sostienen una base de decoración floral. Casi tan
importante como lo que vemos en ella es lo que no vemos ya que, originalmente,
había 4 estatuas de mujer que representaban la arquitectura, la pintura, la
escultura y la música y que fueron retiradas a principios del s. XX.
La Ermita del Espíritu Santo tiene una planta
sobria y sencilla, con una sola nave que se
ensancha en el presbiterio. La techumbre es de
madera noble, con bellos grabados al estilo
mudejar. Como curiosidad, la existencia de 3
puertas originales, de las cuales, las dos
laterales han estado siempre tapiadas. En su
interior se encuentran -entre otras- joyas
escultóricas como “El Santo Cristo del Buen
Fin”, del siglo XVII, que preside el retablo
neoclásico, o una de las “Dolorosas” de Luján
Pérez. Cabe destacar también el púlpito, las
vidrieras, la custodia o la magnífica pila.
Otra de esas hermosas ermitas, es la de Nuestra Señora de
los Reyes, situada en la calle Reyes Católicos, también en la extensión de
Vegueta hacia San José.
Es una ermita perteneciente al cabildo catedralicio que la
mantiene bajo patronato el convento de Santa Clara, con una entrada que da al
exterior, (calle Reyes Católicos, antes Nuestra Señora de los Reyes) y otra
dentro de la casa de las clarisas. Es por esa
última entrada, por la que accedemos, gracias a la obra social que
organiza el cabildo de Gran Canaria bajo un proyecto que se llama “ruta de las
ermitas” y que consiste en realizar excursiones a las ermitas de la isla,
aunque en un comienzo, su territorio de actuación se limitaba a la ciudad de
Las Palmas, hoy se expande por el resto de la isla.
La ermita de Ntra. Señora de los Reyes, se creó en sl gilo
XVI bajo la advocación de San Marcos, en el extremo sur de la muralla de la
ciudad. Después del ataque del Holandés Peter Van Der Does en 1599, que la
ciudad se destruye casi en su totalidad, se vuelve a levantar bajo la
advocación de Ntra. Sra. De los Reyes por doña Susana del Castillo Tamariz y el
Capital Don Rodrigo de León.
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(ermita de Ntra. Sra. de los Reyes, foto propia) |
Hoy el culto está cerrado al público, desgraciadamente al no
haber acuerdo entre el convento (o cabildo catedral) y el cabildo civil. O
porque no hay interés de recuperar el culto para el pueblo… que también puede
ser. La cosa es que es una hermosa ermita en medio de la ciudad desconocida por
gran parte de la población y que no tenemos en la capital alguna otra ermita o
iglesia bajo esta misma advocación.
Dentro hay obras tan importantes como el Divino infante obra del prestigioso Luján
Pérez.
Como sabemos que hay una gran actividad en la Casa-Museo Colón y nos podría llevar mucho tiempo, aprovechamos para subir la pendiente por la calle Espítiru Santo, hasta llegar al Hospital San Martín, hoy museo de artes plásticas.
El antiguo Hsopital de San Martín, lo coordina el CAAM, de ahí su buen hacer y sus múltiples actividades como actuaciones musicales en el patio, diversas obras pictóricas... Pepe Dámaso, Sorolla... ah, sí, Sorolla, que nos visitó este año, afortunadamente, gracias a la obra social de la Caixa, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento y por supuesto el Ministerio de Cultura.
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(Una amiga contemplando el Sorolla, foto propia) |
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(T. junto al Sorolla, en San Martín, foto propia)
Bajemos pues, antes de que se nos eche el tiempo encima...
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(Patio de Casa-Colón, foto propia) |
Aprovechamos que el coche está muy bien aparcado, y
decidimos pasar la tarde-noche en la zona. Para ello, no perdemos ocasión de
volver a entrar en la Casa-Museo Colón, situado justo en la trasera de la
Catedral Santa Ana, como ya sabemos.
Y, como siempre, Casa-Colón con sus mil actividades que nos
hacen ser partícipes de toda la cultura que pasa por nuestra capital y por
nuestra isla. En esta ocasión un Museo concurrido por varias exposiciones, como
los trajes de la serie “Isabel”, que estarán expuestos hasta el cerquísimo 5 de
enero.
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(capa de luto, museo Colón, foto propia) |
Después de varias conferencias por este motivo, y al cierre
de la noche, se ofrecen unos conciertos de música en tiempos de Isabel que
aprovechamos para deleitarnos.
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(Foto propia) |
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(Foto propia) |
Al cierre de la casa-museo, oímos un concurrir de gentes y
unas músicas en el exterior y bordeamos la catedral y nos encontramos con la
plaza de Santa Ana repleta de cámaras, sillas, gentes, terrazas llenas, música luces
y buen ambiente.
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(Plaza de Santa Ana, foto propia) |
Afortunadamente, el Teatro Pérez Galdós está a un minuto a pie, justo en la otra orilla del Guiniguada, por eso vamos a completar la jornada con una actuación en él.
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(Teatro Pérez Galdós, antes de la función, foto propia) |
Aunque… dudamos entre eso, o llegar a tiempo
al Auditorio Alfredo Krauss para ver a Pastora
Soler.
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(Foto tomada por el equipo de Pastora Soler en el Auditorio alfredo Krauss, yo ando en la fila 4) |
… No sé… ¡¡hay
tantas cosas que ver!!
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